Evangelio de Hoy Sábado 27 de Abril de 2024
EVANGELIO DE HOY SÁBADO veintisiete DE ABRIL DEL dos mil veinticuatro
Proclamación del santo evangelio según San Juan En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi padre, ya desde ahora lo conocen y lo han visto.
Le dijo Felipe: Señor, muéstranos al padre y eso nos basta.
Jesús le replico: Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes y todavía no me conoces, quien me ve a mí, ve al padre, Entonces porque dices muéstranos al padre o no crees que yo estoy en el padre y que el padre está en mí?
Las palabras que yo les digo no las digo por mi propia cuenta es el padre que permanece en mí quien hace las obras créanme Yo estoy en el padre y el padre está en mí.
Si no me dan fe a mí, créanlolo por las obras.
Yo les aseguro que el que cree en mí, hará las obras que hago yo, y las hará aun mayores, porque yo me voy al padre.
Y cualquier cosa que pidan en mi nombre yo la haré para que el padre sea glorificado en el hijo Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre palabra del Señor Gloria ti, Señor Jesús
Querida comunidad.
Para adquirir una enseñanza de la palabra de Dios, desarrollemos nuestra reflexión en los siguientes cuatro puntos.
En el primer momento de la reflexión meditemos en la frase: Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi padre.
El señor les dice a sus discípulos que conocerlo a él implica conocer también al padre, pero no era la primera vez que se lo hacía saber.
Jesús ya les había hablado de su unidad esencial con el padre y que él y el padre eran hondo.
Por eso el hijo se atreví a decir a sus discípulos que si lo conocían a él, conocen también a su padre.
Pero la mente de sus doce hombres solo les daba para ver lo reconocido lo suficiente a él y para dejarlo todo y seguirle.
Pero ellos no habían alcanzado la comprensión plena de su persona, es decir, lo conocían, pero no como debían.
Esto mismo acontece en el creyente de hoy, porque sabemos de Jesús, pero no sabemos la dimensión de su padre.
Si esto nos pasa, es porque realmente no conocemos al hijo, escasamente lo percibimos y tenemos una idea muy básica de él.
La invitación que nos hace esta palabra meditada es la que conozcamos de una vez por todas a nuestro Señor.
Y así logremos saber quién es el padre, y esto lo logramos a través de la Santa Escritura, porque en ella están las actitudes del Maestro, su manera de hablar y de actuar y todas las promesas que nos tiene, pidamos al Señor la gracia de conocer a su hijo deltender que él tiene su misma naturaleza y que por medio de él lograremos conocerle y experimentarle.
En el segundo punto de la reflexión, meditemos en esta pregunta: Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta.
Recordemos que su mente estaba parcialmente novelada y la falta de su entendimiento era corta porque no tenían la plenitud del espíritu santo.
Esa gracia solo llegaría en el día de Pentecostés.
Afortunadamente nosotros, con la ayuda de la iglesia, Después de muchos años de estudio y revelación en todas estas cuestiones teológicas gozamos de ayudas y gracias que lo discípulos no tenían en su tiempo.
Nosotros contamos con la intervención de grandes hombres de fe e iluminados por Dios como los santos padres de la iglesia y las mentes brillantes como los grandes teólogos y doctores.
Estos hombres nos hallan en el camino de la fe y la razón porque fueron instrumentos para dar claridad sobre Cristo y todo lo relacionado con su padre.
Ellos ayudaron al depósito de la fe que hoy tenemos y por eso es que ahora como católicos comprendemos fácilmente las cuestiones de fe y de doctrina.
Comprendamos que para los discípulos de los tiempos de Jesús le sería muy difícil entender la divinidad de Jesús y Dios padre, cuando su gloria estaba inmersa en la humanidad y su entrega en la cruz.
Vemos gracias a dios por las enseñanzas que nos ha dado a través de su iglesia, que nos brindó no sólo los medios de salvación, sino que también nos facilitó la comprensión y transmitir la revelación divina con exactitud y seguridad.
En este tercer momento de la reflexión meditemos en la frase: Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me has conocido, el tiempo y los días en que Jesús estuvo con sus amigos parecía no haber logrado la comprensión total sobre su naturaleza y algunas otras verdades de la fe, el padre siempre estuvo dando sus bendiciones y dones divinos de la manera más práctica y sencilla posible por medio de su hijo Jesucristo.
Sin embargo por más clara que fuera esta manifestación de Dios, Ellos no lograban verla ni entenderla, y muchas veces esto pasa en nuestras vidas, Dios nos habla y nos enseña los más mínimos detalles del día, pero aun así, no somos capaces de reconocerlos ni percibirlos, quizás porque estamos tan afanados y apurados por las demandas de nuestro propia naturaleza o porque el pecado no nos deja ver claramente las cosas que tenemos de frente.
Nos hace falta que tu despide y de cuerpo para ver las obras de Dios palpables en nuestras vidas, para verlo a través de la sencilla grandeza de la naturaleza.
Nos hace falta más oración para purificar nuestros sentidos y poder sentir la presencia de todo un dios que nos ama y nos comporta.
Escasamente sabemos y creemos de Dios que es el creador, pero ignoramos muchas cosas de él, que reconocer la segura viviríamos con mayor fe y devoción Jesús quiere que nosotros crezcamos de manera proporcional al tiempo que hace que le conoce y nos convertimos, renunciemos hoy a toda pereza o lentitud para saber las cuestiones de nuestra fe, y poder dimensionar la grandeza de nuestro Dios.
Ahora en el cuarto momento de la reflexión, meditemos en la frase: Yo soy en el padre y el padre en mí.
Esta declaración del Señor solo tiene sentido en nosotros Si comprendemos el dogma de la Santisima trinidad, que Dios es uno en esencia y tres en persona.
Y si a alguien que no comprendiera esta verdad o no lo aceptara, se perturbaría en entender cómo una persona puede decir que en él hay otro y en el otro está él.
Sería ilógico pensar así. Pero gracias a Dios contamos con la ayuda de los grandes catequistas y maestros de la fe, que nos enseñaron y transmitieron con facilidad esta verdad y nos la explicaron de la mejor manera.
Podemos entender a la perfección que el uno no existe sin el otro.
A ambos, tanto el hijo como el padre soneteros y divinos, también el Espíritu Santo es Dios, pero una persona distinta con voluntad propia que reparte sus dones como quiere y a quien quiere.
En la mente de los doce discípulos existía la percepción de un dios que los liberó, pero alejado, ya que nunca lo habían visto, pero lo que Cristo les trataba de decir es que el padre estaba allí mismo delante de ellos, acompañando sus vidas, fortaleciendo su fe a través del testimonio de Jesús, que la Virgen María nos ayude a comprender el misterio de la trinidad, Ella que fue la persona con mayor relación con el padre, con el hijo y con el espíritu santo, y que siempre fue fiel a estas personas.
En este momento cuestionemos nuestro corazón con ayuda de las siguientes preguntas: ¿Mi conocimiento del Señor es grande y firme?
Veo al Padre a través de su Hijo Jesucristo, el tiempo que llevo de conversión es suficiente para creer que Jesús es uno con el Padre, ¿Puedo explicar el dogma de la Santisima trinidad?
¡Oremos! Señor nuestro, derra a tu santo espíritu para que sus dones nos laven y nos preparen el entendimiento y los sentidos para reconocer cada acción de la trinidad de nuestras vidas Y para que comprendamos que en tu hijo te podemos hallar y conocer Te lo pedimos por nuestro señor Jesucristo que vivo y reina contigo en unidad del espíritu santo y el dios por los siglos de los siglos amen Que el Señor te bendiga abundantemente en este día, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
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Te saluda tu hermano Daniel deseándote un día lleno de bendiciones. SOMOS Red CATÓLICA