Evangelio de Hoy Miercoles 22 de Mayo de 2024 | REFLEXIÓN | Red Catolica
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Evangelio de Hoy Miercoles 22 de Mayo de 2024
Eucaristía Digital
1- Que el verdadero bien puede venir de cualquier persona con un corazón justo y sincero.
2- Aprendamos a no canalizar en estrechos arroyos los misteriosos caminos de Dios, que por su infinita grandeza, se extienden en su infinita libertad.
3- Aprendamos a mirar al mundo y al prójimo con respeto y con un optimismo sereno y motivado.
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Evancario de hoy miércoles veintidós de mayo del dos mil veinticuatro
Proclamación del santo evangelio según San Marcos En aquel tiempo Juan le dijo a Jesús Hemos visto a uno que expulSABA los demonios en tu nombre y como no es de los nuestros se lo prohibimos.
Pero Jesús le respondió: No se lo prohíban Porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre Que luego sea capaz de hablar mal de mí Todo aquel que no está contra nosotros está a nuestro favor.
Palabra del Señor Gloria ti Señor Jesús
Querida familia, realizaremos nuestra reflexión apoyándonos de cuatro puntos principales que se desarrollarán a continuación.
En este primer punto, reflexionemos en esta frase del evangelio: Era uno de los ministerios de Jesucristo, Él había echado fuera muchos espíritus impuros y había liberado a muchos en Israel, este ministerio fue concedido a los apóstoles, y era una señal para confirmarles que Jesús estaba con ellos, que el poder de Dios sobraba su favor y que tenían el respaldo del espíritu santo, pero los apóstoles se sorprendieron cuando vieron que había un nombre que no pertenecía al grupo de los doce ellos creían que ese mandato solo lo podían hacer ellos porque eran discípulos del Señor y porque habían permanecido todo el tiempo con él.
El hecho de que hoy sigamos el evangelio no significa que seamos los únicos que tengamos derecho a actuar el nombre de Jesús y que solo a nosotros nos corresponde la transmisión del plan de salvación.
Si vienes cierto que aquel hombre no pertenecía de entre los apóstoles seguramente tenía más fe en Jesús que ellos.
Porque su corazón estaba la necesidad de ayudar a los oprimidos y le bastaba la fe que tenía en el señor para confiar que lo podía hacer.
Tal vez otras personas que no veamos tan a menudo o que no pertenecen a nuestra parroquia, pueden tener mucha más fe que nosotros que con frecuencia nos congregamos en la iglesia porque no es cuestión de frecuencia sino de calidad y entrega.
Debemos congregarnos cada vez más a la iglesia, pero al mismo tiempo ir desechando aquello que nos impide seguir el evangelio.
En este segundo momento de la reflexión, meditemos en la frase, y como no es de los nuestros, se lo prohibimos.
Cuántas veces nos hemos creído dueños de la salvación y de los dones del altísimo, pero este evangelio nos seña que no debemos ser excluyentes.
Si alguien tiene fe suficiente como para ahorrar prodigios en el nombre de Jesús, entonces ese hermano nunca será algo opuesto para el reino de los cielos.
Dios puede disponer de cualquier persona para hacer sus milagros, sin importar su condición sus creencias su fe todos mientras estemos vivos y tengamos uso de razón podemos ser usados por Dios para su obra y como seguidores de Cristo nuestra actitud debe ser abierta y generosa para bendecir a quienes llaman por encima de nosotros.
Si otro de fuera, actúan en el nombre de Jesús, y sus intenciones son las mismas del evangelio, no tenemos por qué verlos como enemigos, quizás son hermanos que Aunque no compartan nuestra fe, dan buen testimonio de vida, siendo buenas personas tratando de vivir conforme al evangelio.
Sabemos que el don apostólico es un don del Espíritu Santo que nos lleva a defender nuestra fe, a protegerla y anunciarla.
Pero no por eso podemos pretender que solo en nuestra iglesia Dios actúa y obra sus milagros.
Recordemos que para quien tiene fe, todo es posible, y mientras estemos abiertos al Señor, todos podemos ser instrumentos de su gracia.
En este tercer punto analicemos estas palabras: No se lo prohíban porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre que luego sea capaz de hablar mal de mí.
Todos fuimos llamados para un mismo propósito, hacer la voluntad de Dios y para esto, cualquier persona en cualquier lugar puede agradar al Señor, sin importar la raza, el color, la posición social, cualquiera puede creer en Jesús y vivir una vida recta justa y el que esté a favor de esto es de los nuestros.
La fe en Dios no es condicionada porque aunque todos pensamos diferente, tengamos culturas distintas, cada uno puede ahorrar en favor del bien común de las almas, y eso es la voluntad del Señor, que ayudemos al prójimo, que socorramos a los necesitados, y esto cualquiera lo puede hacer porque para eso fuimos llamados.
Los discípulos no aceptaban a ese hombre por no ser de su grupo, olvidando que lo importante no era ellos si no Jesucristo y aunque esa persona no anduviera con ellos, se comportaba como un hijo de Dios porque en su vida había practicado el bien y tenía el espíritu de Dios por su buen corazón y sus ganas de ayudar.
La fe es universal, por eso hemos decidido por cuenta propia seguir y creer en Dios y su evangelio.
Por esto mismo no podemos condicionar a que solo pueda ahorrar milagros en nosotros y para nosotros.
Abrasemos la idea de que Dios está para todos, amémonos como hermanos, sin mirar diferencias respetando los pensamientos de los demás.
Seamos tolerantes unos con otros para lograr ser una iglesia que se fundamenta en el amor y la caridad que Dios nuestro padre nos siga revelando su voluntad y nos muestra el camino de la fraternidad y la hermandad.
En este cuarto punto meditemos el llamado a la hermandad y a la fraternidad.
Dios nos anima a luchar por el encuentro con el otro y nos invita a dejar de ser una humanidad fragmentada, A verse a sí misma como una unidad, él nos ha creado a todos con su amor y nos ha dado su espíritu y nos sus hijos sabemos responder y cooperar para la causa de la salvación universal.
Cada uno de los miembros del cuerpo místico de Cristo tenemos una manera de percibir y disfrutar de la presencia de Dios nuestra unidad como pueblo debe ser buena y agradable no basada en vanidades ni se impone desde fuera, sino que crece de la comunidad del espíritu y la fe, el distintivo de los bautizados, que ser fraternos y solitarios, así demostramos que andamos en santidad y en el amor de nuestro padre.
La hermandad es quizás la experiencia más enriquecedora para la humanidad y la que hoy en día más nos pide Dios que tengamos.
Que experimentemos en nuestras vidas.
Este valor hace visible el reino de los cielos, y muestra la cara de un dios tolerante y bondadoso.
Ahora dejémonos interpelar por las siguientes preguntas que a partir del mensaje de hoy se nos propone.
He dudado de que Dios puedo hablar a través de otras personas?
Comprendo que lo que nos une como hermanos es la creencia en Dios y en su amor, ¿Vivo la hermandad y soy fraterno con los demás?
¡Oremos! ¡Buen Jesús, tú que abriste el corazón son tanto ajustes como pecadores y llevaste el plan de salvación a otros pueblos, consérenos el don de la hermandad y fraternidad para aceptarnos y llamarnos como hijos de un mismo padre.
Para que el reino de los cielos sea visible para el mundo, y muchos puedan animarse a seguirte.
Te lo pedimos a ti que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los lo de los siglos Amén, que el Señor te bendiga, abundantemente en este día, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
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Para que todos los días recibas estos preciosos mensajes, Te saluda tu hermano Daniel deseándote un día lleno de bendiciones.
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