Evangelio de Hoy Domingo 05 de Mayo de 2024 | REFLEXIÓN | Red Catolica
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EVANGELIO DE HOY DOMINGO cinco DE MAYO DEL dos mil veinticuatro
Proclamación del santo evangelio según San Juan En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: Como el Padre me ama, así los amo yo, permanezcan en mi amor Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi padre y permanezco en su amor.
Les he dicho esto para que mi alegría estén ustedes y su alegría sea plena ¡Ah!
Este es mi mandamiento que se amen los unos a los otros como yo les he amado Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando Ya no los llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace su amo.
A ustedes los llamo amigos porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi padre No son ustedes los que me han elegido Soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca a.
De modo que el padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre.
Esto es lo que les mando, que se amen los unos a los Otros Palabra del Señor Gloria a ti, Señor Jesús.
Apada familia Para llevarnos un mensaje de la lectura del evangelio de hoy, Pongamos atención en estos cuatro puntos de reflexión.
En este primer momento, mediremos sobre el llamado a permanecer en el amor del Señor.
Todos sabemos que Dios es amor y ese amor de Dios está entre nosotros, sin importar si lo sentimos o no.
Simplemente está allí, y Jesús es la personificación perfecta del amor en la más encontramos algo tan real y eterno como en el Señor.
Jesús hoy nos pide que permanezcamos en su amor y permanecer en el amor del salvador significa recibir su gracia y dejarnos moldear por ella.
Pero para recibir su gracia y estar bajo el termómetro del amor de Dios, debemos tener fe en Jesús y cumplir sus mandamientos.
Y vivir una vida conforme a su evangelio, porque permanecer en su amor requiere también de ser constantes en la búsqueda de Dios en la oración y estar vigilantes cada momento para que las tentaciones no nos venzan.
Hoy las familias necesitan tanto de permanecer en amor para que la unión y la armonía vivan en sus hogares.
Pero la indiferencia se han acrecentado en el amor de nosotros, los seres humanos, y nos inclinamos en los caprichos personales y no perdonamos ni decidimos amar a nuestros semejantes.
Pero la luz de Dios siempre brillará ante la oscuridad y vemos familias muy unidas, pero la base de todo está en la palabra permanecer pidamos al Señor la gracia y la virtud de la constancia para cultivar cada día la semilla de su amor en nuestros corazones.
En un segundo momento profundicemos en este mandamiento.
Que sea amen los unos a los otros como yo los he amado.
El amor al prójimo es el cimiento esencial de las enseñanzas de nuestro Señor Jesús es contradictorio ser un verdadero discípulo de Cristo sin amar a los demás.
Es fundamental de nuestra fe el aprecio y la estima por nuestros hermanos, sin embargo con frecuencia olvidamos la orden de Jesús de amarnos unos a otro para poder ser sus discípulos incluye amar a nuestros semejantes.
De hecho, el Nuevo Testamento claramente enfatiza que nuestro amor a los que nos calumnian y rechazan es la manifestación más perfecta de nuestro amor por Dios.
Así debemos nosotros forjar nuestro amor, en vez de renegar y devolverle mal por mal, o haremos por su conversión por su santificación y su salvación.
Verrotemos las murallas de la indiferencia y el rencor para que la hacia divina more en nuestros corazones.
De esta manera descubrimos qué tan grande somos para el reino de los cielos y nos perfilaremos para llegar a las altas moradas de la santidad.
En este tercer punto, meditemos en la siguiente frase.
Nadie tiene amor más grandes amigos que el que da la vida por ellos.
Jesús nos dice que el que más amor tiene es el que es capaz de dar la vida por los demás.
¿Conocemos algún caso parecido? ¿Quién de nosotros tiene un amigo, que sea capaz de dar su vida para que nosotros sigamos con vida.
Seguramente nadie podría levantar la mano y decir que lo tiene, porque el amor humano tiene límites y por momento se acobarda Jesús nos demostró que él es el verdadero amigo del ser humano porque dio su vida en rescate por todos.
Él nos amó hasta el extremo solo para permitir que los nuestros pudieran abrazar a los seres que amamos.
Pero aun así, podemos confiar en las amistades verdaderas que nos han acercado a Cristo el buen amigo, por eso y podemos darle gracias al Señor por la vida de aquellos a quien el mismo ha usado para acercarnos a su padre.
Obremos por las personas y los amigos que nos han brindado su tiempo, cariño y afecto, y que ahora forman parte de nuestra familia por ser tan allegados a nosotros y por compartir nuestras alegrías y tristezas.
Aprendamos a amar a los demás como el Señor nos ha amado, siendo transparentes y valorando la presencia de otros en nuestras vidas.
En este cuarto punto de la reflexión, meditemos en la frase: No son ustedes los que me han elegido soy yo quien nos ha elegido.
Si Jesús es quien nos ha elegido, ¿Quién podrá entonces cuestionar nuestra vida y nuestra participación en la iglesia y en la comunidad?
Jesús nos ha escogido y nos ha llamado para formar parte de su familia y ser sus amigos y discípulos.
No nos sintamos excluidos, ni pensemos que no merecemos las gracias de Dios, sabemos que Jesús nos ha elegido, pero preguntémonos y respondamos para que él nos ha elegido.
Primeramente fuimos llamados para darle gloria a nuestro padre, para honrarlo y lavar su santo nombre, también para que continuemos la obra que él ha iniciado en nosotros.
El mensaje final es que comprendamos que Dios nos llama y escoge a nadie al azar.
Él ha preparado todo desde la fundación del mundo.
Por eso no duremos de su elección por nosotros, y mejor respondamos positivamente a este llamado.
Hagamos obras buenas, practiquemos su justicia, busquemos la santidad y cumplamos sus mandamientos.
Esta es la mejor forma de corresponder al llamado de Dios y la mejor gloria que podamos darle, y que su amistad es lo más valioso que tenemos, apreciamos su gloriosa presencia en nosotros, y amemos a los demás como él nos ha amado, que el Señor que nos llamó nos de la gracia para llevar a cabo la misión que ha puesto en nosotros, Seguir a Cristo exige dar lo mejor de nosotros, así como él dio lo mejor de por el mundo, imitaremos el amor de nuestro señor y respondamos con generosidad a este llamado de amor que hoy se nos pide, que el Espíritu Santo nos de sus dones para crecer en las virtudes que nos llevan a la caridad y entrega por los hermanos y amarlo por siempre.
En este momento con ayuda de las siguientes preguntas analicemos nuestro interior para llevarnos un mensaje de vida.
Permanezco en el amor del Señor. ¿Amo a mi prójimo como Dios me ha amado?
¿Jesús es el buen amigo que me acompaña cada día? Conozco al padre por medio del testimonio del hijo?
Dudo de la elección que el señor ha hecho por mí, ¡Oremos!
Padre, Gracias por habernos elegido para que demos gloria y alabanza a tu nombre.
Queremos corresponder a ese llamado permaneciendo en el amor de Jesucristo.
Por eso te pedimos que nos colmes de gracia y bendición para ser buenos hijos tuyos y fieles discípulos del Señor.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo que vive y reina contigo en unidad del Espíritu Santo y es Dios, Por los siglos de los siglos, amen, que el Señor te bendiga, abundantemente en este día, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
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Proclamación del santo evangelio según San Juan En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: Como el Padre me ama, así los amo yo, permanezcan en mi amor Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi padre y permanezco en su amor.
Les he dicho esto para que mi alegría estén ustedes y su alegría sea plena ¡Ah!
Este es mi mandamiento que se amen los unos a los otros como yo les he amado Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando Ya no los llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace su amo.
A ustedes los llamo amigos porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi padre No son ustedes los que me han elegido Soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca a.
De modo que el padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre.
Esto es lo que les mando, que se amen los unos a los Otros Palabra del Señor Gloria a ti, Señor Jesús.
Apada familia Para llevarnos un mensaje de la lectura del evangelio de hoy, Pongamos atención en estos cuatro puntos de reflexión.
En este primer momento, mediremos sobre el llamado a permanecer en el amor del Señor.
Todos sabemos que Dios es amor y ese amor de Dios está entre nosotros, sin importar si lo sentimos o no.
Simplemente está allí, y Jesús es la personificación perfecta del amor en la más encontramos algo tan real y eterno como en el Señor.
Jesús hoy nos pide que permanezcamos en su amor y permanecer en el amor del salvador significa recibir su gracia y dejarnos moldear por ella.
Pero para recibir su gracia y estar bajo el termómetro del amor de Dios, debemos tener fe en Jesús y cumplir sus mandamientos.
Y vivir una vida conforme a su evangelio, porque permanecer en su amor requiere también de ser constantes en la búsqueda de Dios en la oración y estar vigilantes cada momento para que las tentaciones no nos venzan.
Hoy las familias necesitan tanto de permanecer en amor para que la unión y la armonía vivan en sus hogares.
Pero la indiferencia se han acrecentado en el amor de nosotros, los seres humanos, y nos inclinamos en los caprichos personales y no perdonamos ni decidimos amar a nuestros semejantes.
Pero la luz de Dios siempre brillará ante la oscuridad y vemos familias muy unidas, pero la base de todo está en la palabra permanecer pidamos al Señor la gracia y la virtud de la constancia para cultivar cada día la semilla de su amor en nuestros corazones.
En un segundo momento profundicemos en este mandamiento.
Que sea amen los unos a los otros como yo los he amado.
El amor al prójimo es el cimiento esencial de las enseñanzas de nuestro Señor Jesús es contradictorio ser un verdadero discípulo de Cristo sin amar a los demás.
Es fundamental de nuestra fe el aprecio y la estima por nuestros hermanos, sin embargo con frecuencia olvidamos la orden de Jesús de amarnos unos a otro para poder ser sus discípulos incluye amar a nuestros semejantes.
De hecho, el Nuevo Testamento claramente enfatiza que nuestro amor a los que nos calumnian y rechazan es la manifestación más perfecta de nuestro amor por Dios.
Así debemos nosotros forjar nuestro amor, en vez de renegar y devolverle mal por mal, o haremos por su conversión por su santificación y su salvación.
Verrotemos las murallas de la indiferencia y el rencor para que la hacia divina more en nuestros corazones.
De esta manera descubrimos qué tan grande somos para el reino de los cielos y nos perfilaremos para llegar a las altas moradas de la santidad.
En este tercer punto, meditemos en la siguiente frase.
Nadie tiene amor más grandes amigos que el que da la vida por ellos.
Jesús nos dice que el que más amor tiene es el que es capaz de dar la vida por los demás.
¿Conocemos algún caso parecido? ¿Quién de nosotros tiene un amigo, que sea capaz de dar su vida para que nosotros sigamos con vida.
Seguramente nadie podría levantar la mano y decir que lo tiene, porque el amor humano tiene límites y por momento se acobarda Jesús nos demostró que él es el verdadero amigo del ser humano porque dio su vida en rescate por todos.
Él nos amó hasta el extremo solo para permitir que los nuestros pudieran abrazar a los seres que amamos.
Pero aun así, podemos confiar en las amistades verdaderas que nos han acercado a Cristo el buen amigo, por eso y podemos darle gracias al Señor por la vida de aquellos a quien el mismo ha usado para acercarnos a su padre.
Obremos por las personas y los amigos que nos han brindado su tiempo, cariño y afecto, y que ahora forman parte de nuestra familia por ser tan allegados a nosotros y por compartir nuestras alegrías y tristezas.
Aprendamos a amar a los demás como el Señor nos ha amado, siendo transparentes y valorando la presencia de otros en nuestras vidas.
En este cuarto punto de la reflexión, meditemos en la frase: No son ustedes los que me han elegido soy yo quien nos ha elegido.
Si Jesús es quien nos ha elegido, ¿Quién podrá entonces cuestionar nuestra vida y nuestra participación en la iglesia y en la comunidad?
Jesús nos ha escogido y nos ha llamado para formar parte de su familia y ser sus amigos y discípulos.
No nos sintamos excluidos, ni pensemos que no merecemos las gracias de Dios, sabemos que Jesús nos ha elegido, pero preguntémonos y respondamos para que él nos ha elegido.
Primeramente fuimos llamados para darle gloria a nuestro padre, para honrarlo y lavar su santo nombre, también para que continuemos la obra que él ha iniciado en nosotros.
El mensaje final es que comprendamos que Dios nos llama y escoge a nadie al azar.
Él ha preparado todo desde la fundación del mundo.
Por eso no duremos de su elección por nosotros, y mejor respondamos positivamente a este llamado.
Hagamos obras buenas, practiquemos su justicia, busquemos la santidad y cumplamos sus mandamientos.
Esta es la mejor forma de corresponder al llamado de Dios y la mejor gloria que podamos darle, y que su amistad es lo más valioso que tenemos, apreciamos su gloriosa presencia en nosotros, y amemos a los demás como él nos ha amado, que el Señor que nos llamó nos de la gracia para llevar a cabo la misión que ha puesto en nosotros, Seguir a Cristo exige dar lo mejor de nosotros, así como él dio lo mejor de por el mundo, imitaremos el amor de nuestro señor y respondamos con generosidad a este llamado de amor que hoy se nos pide, que el Espíritu Santo nos de sus dones para crecer en las virtudes que nos llevan a la caridad y entrega por los hermanos y amarlo por siempre.
En este momento con ayuda de las siguientes preguntas analicemos nuestro interior para llevarnos un mensaje de vida.
Permanezco en el amor del Señor. ¿Amo a mi prójimo como Dios me ha amado?
¿Jesús es el buen amigo que me acompaña cada día? Conozco al padre por medio del testimonio del hijo?
Dudo de la elección que el señor ha hecho por mí, ¡Oremos!
Padre, Gracias por habernos elegido para que demos gloria y alabanza a tu nombre.
Queremos corresponder a ese llamado permaneciendo en el amor de Jesucristo.
Por eso te pedimos que nos colmes de gracia y bendición para ser buenos hijos tuyos y fieles discípulos del Señor.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo que vive y reina contigo en unidad del Espíritu Santo y es Dios, Por los siglos de los siglos, amen, que el Señor te bendiga, abundantemente en este día, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
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